Dejé escapar una estrella que llegó hasta mi ventana
en una noche cualquiera a
iluminar mis desvelos
yo penaba por ausencias que me brindara el destino
ella penaba el dolor que le dio la soledad.
Ambos reconfortados por la mutua compañía
tejíamos ilusiones ornadas de fantasías.
una tormenta de invierno opacó nuestra visión
y su luz que me alumbraba de pronto me abandonó
En primavera volvió con tímidos resplandores
hasta que un día su luz me devolvió la alegría
ella quedó en mi ventana iluminando mis noches
que plenas de poesías reconfortaron mi alma
El día se la llevaba dándole paso a la vida
que embebido de rutinas no nos permite soñar
la noche con sus misterios me devolvían la magia
de esa luz que me alumbraba y me llenaba de paz
La lógica, y los prejuicios que rigen la humanidad
tendieron mantos de nubes entre esa estrella y mis sueños
quise tocarla una noche para sentir su calor
y en mis manos se posó colmándome con su esencia
Tuve temor de dañarla con mi piel endurecida
y dejé que como estrella su camino continuara.
tuve una estrella en mis manos y no supe retenerla
la dejé volar tan alto que no la puedo alcanzar
Tuve miedo que en mis manos se sintiera prisionera
tuve miedo del destino, tuve
miedo de la vida,
no tuve el valor de apretarla
contra mi pecho dolido
tuve miedo de dañarla o tuve falta de fe
Iba vestida de sueños, de amor y
de esperanzas
y un collar de ilusiones alrededor de su cuello
dejaré mi puerta abierta esperando su regreso
sembraré flores y helechos alrededor de mi casa
Caracoles de colores y alguna rosa amarilla
y esperaré sus reflejos, en las
noches despejadas
quizás un poco de fe, alimente la esperanza
y algún día ella regrese para dormir junto a mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario